Empleo en Estados Unidos

No hace mucho tiempo, las fuerzas armadas de Estados Unidos se esforzaban considerablemente por atraer a hispanos. El problema captó la atención de legisladores en el Pentágono, en particular aquellos que pertenecían al ejército, donde el reclutamiento era un problema antes de que Estados Unidos invadiera Afganistán e Irak.
Desde los atentados del 11 de septiembre, se ha producido un sorpresivo cambio. Y en los últimos dos años, el porcentaje de hispanos que se une al ejército y la reserva del Ejército de Estados Unidos ha estado más cerca de su porcentaje entre la población estadounidense: 14.2%, según muestran datos del censo.
La Fuerza Aérea ha superado el promedio nacional de 2005, y ha duplicado el número de reclutas hispanos a lo largo de los últimos cinco años. La armada y el cuerpo de marina también han registrado aumentos, y actualmente cuentan con más hispanos uniformados que los otros servicios.
El condado de Bexar, que alberga a San Antonio, fue la segunda fuente de reclutas hispanos para el ejército en 2004, con 316, según el Proyecto de Prioridades Nacionales con sede en Northampton, Massachusetts, grupo no partidista y sin fines de lucro que se dedica a la vigilancia. Tan sólo Los Ángeles superó al área de San Antonio, declaró este jueves, al tiempo que el condado Harris que alberga a Houston quedó en cuarto lugar y el condado de El Paso en séptimo.
¿Por qué el cambio? "Quizás no exista una buena respuesta", dijo el teniente general, ya retirado, Roger Thompson, subjefe del Comando de Transportación de Estados Unidos de 1997 a 1999.
Potencialmente una rica fuente de reclutas, el segmento hispano históricamente no ha logrado unirse en números proporcionales a su porcentaje entre la población estadounidense. En 1999, por ejemplo, ellos conformaron 5.5% de los estadounidenses en todas las ramas militares, aun cuando ellos representaban 11.4% de la población de Estados Unidos.
Es un viejo problema. Cuando empezó a seguir de cerca este fenómeno, el sociólogo militar David Sagal de la Universidad de Maryland dijo que los hispanos, como un porcentaje de personal enlistado en servicio activo, representaban menos del 4% en 1977.
Ese número se mantuvo casi sin cambios hasta mediados de los años 80, pero misteriosamente aumentó hasta los dígitos dobles aproximadamente cinco años atrás, dijo, agregando: "Que me parta un rayo si sé cuál es la razón para explicarlo".
Algunos cambios pudieran haber tenido cierto impacto. El ejército busca reclutas que obtienen certificados del Diploma General de Equivalencias (GED, por sus siglas en inglés). Su programa de Educación-Plus pone a los reclutas potenciales en clases GED acción que probablemente ayude a incrementar el número de hispanos, los cuales típicamente presentan tasas inferiores de graduados de bachillerato.
Hasta la fecha, 1,272 personas han usado el programa desde que entró en vigor en septiembre pasado. El ejército estadounidense no tenía datos que mostraran el número de personas que se registran bajo el GED-Plus, programa piloto que duró de febrero del 2000 hasta septiembre del 2003.
La publicidad es otro de los factores cruciales en la ecuación de reclutamiento. Armado con un presupuesto de publicidad que el año pasado fue superior a 300 millones de dólares, el ejército tiene espacios publicitarios por televisión bien afinados, de 30 segundos, y correo directo para llegarles a grupos étnicos justo hasta el código postal, dijo el coronel Thomas Nickerson, director de esfuerzo estratégico por el Comando de Adquisiciones del Ejército. Asimismo, el ejército estadounidense sumó 2,000 reclutadores en los últimos años, algunos de los cuales son hispanos.
"Nosotros queremos hablarles en su idioma, culturalmente, en sus medios de comunicación, donde ellos leen, en los sitios que ellos visitan en internet, qué programas de televisión ven, y eso se logra a través de una gran dosis de investigación que llevamos a cabo", explicó.
Si bien es una ciencia de la alta tecnología en evolución, las diestras campañas directas del ejército son una apuesta de alto riesgo. A medida que estallaba la insurgencia iraquí el año pasado, el Ejército de Estados Unidos quedó lejos de sus objetivos de reclutamiento pese a un sustancioso presupuesto para publicidad. Extrañamente, una mayor proporción de hispanos se unieron a medida que los reclutamientos de los segmentos blanco y negro mostraban un descenso.
Un estudio llevado a cabo para el ejército hace dos años encontró que los afro-estadounidenses se alejaron de los servicios castrenses, en parte, debido a la guerra, y que los jóvenes por todas partes eran más escépticos con respecto a las fuerzas armadas.
El giro de 180 grados en la Fuerza Aérea empezó con un plan de reclutamiento en 2003. Se transmitieron anuncios publicitarios en Univisión y Telemando, se creó un vínculo en la lengua española en el sitio de la Fuerza Aérea en internet, aunado a una expansión de sus contactos con LULAC y otros grupos.
"Eso no ocurrió por accidente", aseguró el coronel Robert East, subcomandante del Servicio de Reclutamiento de la Fuerza Aérea en San Antonio, con respecto al aumento.
Los hispanos, cuya representación en las fuerzas armadas prácticamente se ha triplicado de 1977 a 2004, son atraídas en particular a la armada y el cuerpo de marina en últimas fechas.
El novelista Frank Schaffer, quien vive en las inmediaciones de Boston, autor de AWOL: The Unexcused Absence of Americas Upper Classes from Military Service and How It Hurts Our Country' (Ausente sin permiso: La ausencia inexcusable de las clases altas de Estados Unidos del servicio militar y cómo eso afecta a nuestro país), reflexionaba con respecto a una visita que efectuó al campamento de entrenamiento Parris Island de la armada, en Carolina del Sur. Ahí, los hispanos hablaron acerca de sus razones para unirse. "Ellos querían darle algo a su país", dijo.
The New York Times