Empleo en Estados Unidos

Las movilizaciones masivas de los migrantes mexicanos en Estados Unidos han provocado el nacimiento de un nuevo movimiento obrero internacional que buscará organizarse en sindicatos -rurales y urbanos-, que no sólo tengan como objetivo la legalización de 12 millones de indocumentados -mexicanos, coreanos, guatemaltecos, brasileños, irlandeses, entre muchos otros-, sino el poder de decidir con su voto el destino de la nación más poderosa de la Tierra.
Así lo plantea Jorge Mújica, uno de los precursores de las manifestaciones en ese país y dirigente de la Coalición 10 de Marzo de Chicago, en entrevista con La Jornada. "Las masivas movilizaciones de los inmigrantes marcaron el principio de un movimiento obrero internacional que no sólo lucha por la legalización de sus papeles, sino también por mejores condiciones de trabajo, por saber cómo vamos a trabajar, sea de forma legal o ilegal".
Para este promotor de las históricas marchas, las movilizaciones que comenzaron el 10 de marzo en la ciudad de Chicago son "el gran primer movimiento revolucionario del siglo XXI; son la respuesta masiva a la globalización; son la primera respuesta de los grupos organizados que se oponen a la globalización".
Destacó en la entrevista que dos elementos fueron fundamentales para lograr que cerca de 750 mil inmigrantes salieran a las calles de Chicago a reclamar su legalización:
La primera fue el apoyo de los sindicatos estadunidenses, con los cuales lograron que las empresas aceptaran que sus trabajadores pudieran asistir a las movilizaciones del primero de mayo.
"Nosotros en Chicago preferimos no convocar al boicot y ganarnos a los sindicatos. Lo mismo en el caso del paro de labores, ya que los sindicatos no pueden llamar a un paro. En esa ciudad lo que se hizo fue negociar con los patrones, que los trabajadores trabajaran dos horas extra el miércoles, jueves y viernes de la semana anterior a la movilización o que trabajaran el sábado, o que entraran el lunes a las cinco de la madrugada.
"Fue tan efectiva nuestra relación con los sindicatos y las empresas, que hasta el momento en Chicago no han despedido a un solo trabajador, y participaron 750 mil personas", aseguró.
El segundo elemento, puntualizó, fue convocar a todos los grupos étnicos que conviven en la ciudad, entre ellos los polacos -Chicago es la segunda ciudad con el mayor número de ciudadanos de ese origen-, irlandeses, coreanos (se calcula que 25 por ciento de la población asiática es indocumentada), filipinos, chinos, indúes, entre muchos más.
Rechazo a medidas antinmigrantes
"Demostramos que somos millones los que buscamos respeto a muestra dignidad; con estancia legal o en forma indocumentada, defendemos nuestros derechos civiles y rechazamos las medidas antinmigrantes", dejó en claro el dirigente de la Coalición 10 de Marzo, una de las principales de la coordinadora nacional que tiene a su cargo continuar con las movilizaciones para lograr la legalización de más de 12 millones de inmigrantes.
"No cederemos en nuestras demandas; queremos la legalización de los 12 millones de indocumentados; luchamos por un sistema migratorio que otorgue las suficientes visas que necesita la economía de Estados Unidos, no trabajadores huéspedes que vayan y se regresen y no acumulen antigüedad en el empleo, aumento salarial, bonos por antigüedad... no, no, no, Estados Unidos tiene que abrir visas de residentes, visas para migrantes según el trabajo que su economía necesita."
Aún más: "luchamos porque se termine el retraso en la tramitación de residencias legales y de ciudadanías. Ahorita hay un retraso de 12 años en la petición de visa de un pariente. Si ahorita yo pido una para mi mamá, tal vez dentro de 12 años le tocará.
"Queremos que todos los trámites con ciudadanía pendiente tengan solución. Es absurdo que después de pedirte los cinco años de residencia legal, que cumplas todos los trámites durante un año, se tarden dos años más para la naturalización."
Para Jorge Mújica las movilizaciones de los inmigrantes no sólo se deben quedar en lograr los papeles migratorios, ya que otra de las metas del histórico movimiento es influir en las próximas elecciones de 2008 en Estados Unidos.
La Jornada (México)